Días después de reseñar Sex & Fury me dispongo a hablar sobre su segunda parte: Female Yakuza Tale: Inquisition and Torture, dirigida en el mismo año por otro experto en esto de la "Pinky violence", Teruo Ishii. Los de Toei se nota que curraban a destajo, ni un año esperaron para sacar la continuación.
Esta segunda parte tiene el punto débil de que la historia de venganza ya quedó cerrada en el anterior título, en cambio, ofrece más de todo: ya los títulos de crédito son una declaración de intenciones. Si una escena impactante de Sex& Fury fue la prota despachando a unos notas con su katana como Dios la trajo en el mundo, en ésta podemos ver de nuevo a Reiko Ike luchando en bolas desde el principio. Es más, el final de la película recuerda a Amor a quemarropa, con una batalla de todos contra todos en el que al menos hay cincuenta tías desnudas luchando contra los malosos, incluso se permiten la bizarrada de echar una meadita sobre los derrotados, para disfrute del respetable.
Mención aparte merece la banda sonora, totalmente setentera con su wah wah y sus toques funky-jazzísticos que recuerdan a las pelis blaxploitation o a los primeros porno. Este score complatemente fuera de tiempo (la acción se sitúa a principios del siglo XX) hace a la película una experiencia aún más bizarra y cool, como la chaqueta de cuero tan molona que luce el yakuza "bueno".
La película es más psicotrónica que su primera parte, pero la historia, como dije antes, es un poco más floja: Ocho persigue a un supuesto psicokiller que mata a prostitutas mutilando sus vaginas, luego esta trama se convierte en una historia sobre yakuzas y tráfico de drogas. De todas formas, sigue siendo un título completamente recomendable y nada aburrido.
Por cierto, que el título engaña un poco, de inquisición y tortura nada.
Esta segunda parte tiene el punto débil de que la historia de venganza ya quedó cerrada en el anterior título, en cambio, ofrece más de todo: ya los títulos de crédito son una declaración de intenciones. Si una escena impactante de Sex& Fury fue la prota despachando a unos notas con su katana como Dios la trajo en el mundo, en ésta podemos ver de nuevo a Reiko Ike luchando en bolas desde el principio. Es más, el final de la película recuerda a Amor a quemarropa, con una batalla de todos contra todos en el que al menos hay cincuenta tías desnudas luchando contra los malosos, incluso se permiten la bizarrada de echar una meadita sobre los derrotados, para disfrute del respetable.
Mención aparte merece la banda sonora, totalmente setentera con su wah wah y sus toques funky-jazzísticos que recuerdan a las pelis blaxploitation o a los primeros porno. Este score complatemente fuera de tiempo (la acción se sitúa a principios del siglo XX) hace a la película una experiencia aún más bizarra y cool, como la chaqueta de cuero tan molona que luce el yakuza "bueno".
La película es más psicotrónica que su primera parte, pero la historia, como dije antes, es un poco más floja: Ocho persigue a un supuesto psicokiller que mata a prostitutas mutilando sus vaginas, luego esta trama se convierte en una historia sobre yakuzas y tráfico de drogas. De todas formas, sigue siendo un título completamente recomendable y nada aburrido.
Por cierto, que el título engaña un poco, de inquisición y tortura nada.
2 comentarios:
Pásate ya la peli esta, que estoy deseando ver la escena d ela meada sobre los cadáveres de los malosos. Me he emocionao y to al leerlo. La carne de gallina se ma puesto, oiga.
Hola!!
Acabo de descubrir este blog y bueno, ya lo he metido en favoritos.
Tengo ahí la de Sex&Fury, aún no la he visto, pero la verdad que tiene buena pinta, habrá que ver esta.
A mi me gustó mucho mucho la de They Call Her One Eye.
Bueno, mañana repasaré el blog más a fondo.
Saludos y besos!!
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