Cuando inauguré el blog pensaba hablar mucho de cine y sobre todo de cine trash, bizarro, serie B, etc. Que para el cine bueno ya estuvo varios años el Garcí haciendo campaña en la dos o para eso están las revistas de cinéfilos.
La verdad que me encanta el cine de la época dorada de Hollywood y los grandes directores, pero lo que te ofrecen estas pelis semidesconocidas no se puede comparar y es que en qué otra película vas a ver a una pava peleando con su katana contra un montón de tíos a los que incluso les amputa miembros, mientras la jicha en cuestión está en pelota picada? Pero bueno, no quiero adelantarme, esta peli tiene muchos momentos descacharrantes, pero es mucho más que una peli erótico-marrana, al menos como lo entendemos aquí los occidentales. Informándome en la red he leído que muchas veces los estudios sólo obligaban a los directores de estas pelis, conocidas como pinku eiga o pinky violence, a que hubiese cinco o seis desnudos y luego se desentendían del resto del metraje. Afortunadamente, en algunos casos el resto del metraje merece mucho la pena, como en el caso que nos ocupa.
Sex and fury le debe mucho o se parece un montón a Lady Snowblood, de nuevo una mujer fuerte y justiciera en busca de venganza, aunque ésta tiene mucho más contenido sexual.
Lo que no deja de extrañarme de los japos es que parece que no les gusta el "sexo normal", quiero decir que la prota echa un polvo con su amado y eso se obvia, sólo sale sexo cuando se trata de una medio violación o para mostrarnos cómo la prota, atada y encadenada recibe una manta de latigazos de manos de Christina Lindberg (con una ropa bastante sugerente). Esto de las torturas se ve mejor en la serie de Female Prisoner Scorpion, con la gran Meiko Kaji, a la que en prisión no le ahorrarán ninguna vejación, como echarle por encima sopa de miso hirviendo.
Y lo que más nos choca como occidentales de estas pelis es que estamos acostumbrados a que las pelis eróticas sean muy malas, con unos argumentos que son meras excusas entre escenas de desnudos y sexo
fingido. En Sex & Fury el argumento es mucho más interesante: Ocho (Reiko Ike) es una ladrona y jugadora que también se maneja bien con la katana y que quiere vengar la muerte de su padre, un detective que descubrió una trama de corrupción en la que estaba implicada gente muy importante. Todo esto en la era Meiji, concretamente a principios del siglo XX, como en Lady Snowblood. La verdad que viendo estas pelis uno no puede dejar de pensar que subyace en ellas cierta ideología "feminista". Y es que los hombres son casi siempre repugnantes, desalmados que disfrutan abusando de las mujeres y los carácteres masculinos positivos, los buenos, suelen ser idealistas y bastante ineptos para matar o conseguir lo que quieren, en contraposición a las mujeres, que son duras y bastante efectivas a la hora de matar.
El aluvión de sensaciones contradictorias que produce esta peli es muy difícil de explicar, lo mismo te parece estar viendo una peli pervertida y marrana, un producto delirante para reirte o una obra maestra, con un uso de los encuadres y de la fotografía bastante creativo.
Entre los momentos que no se olvidan de la peli: cuando Ocho quiere acabar con un maloso y le salen al paso un montón de ¡monjas! armadas con navajas que consiguen reducirla para después contemplar cómo la flagelan en lo que parece el interior de un convento o la forma tan original de acabar con uno de los malos (es mejor que lo veaís y juzgueís por vosotros mismos).
Ni que decir tiene que ésta es una de las numerosas pelis a las que rindió homenaje Tarantino en Kill Bill. Curiosamente, otra fue They call her one eye (una peli sueca que ya comentaré si tengo tiempo), donde salía la coprotagonista de este filme, Christina Lindberg.
La verdad que me encanta el cine de la época dorada de Hollywood y los grandes directores, pero lo que te ofrecen estas pelis semidesconocidas no se puede comparar y es que en qué otra película vas a ver a una pava peleando con su katana contra un montón de tíos a los que incluso les amputa miembros, mientras la jicha en cuestión está en pelota picada? Pero bueno, no quiero adelantarme, esta peli tiene muchos momentos descacharrantes, pero es mucho más que una peli erótico-marrana, al menos como lo entendemos aquí los occidentales. Informándome en la red he leído que muchas veces los estudios sólo obligaban a los directores de estas pelis, conocidas como pinku eiga o pinky violence, a que hubiese cinco o seis desnudos y luego se desentendían del resto del metraje. Afortunadamente, en algunos casos el resto del metraje merece mucho la pena, como en el caso que nos ocupa.
Sex and fury le debe mucho o se parece un montón a Lady Snowblood, de nuevo una mujer fuerte y justiciera en busca de venganza, aunque ésta tiene mucho más contenido sexual.
Lo que no deja de extrañarme de los japos es que parece que no les gusta el "sexo normal", quiero decir que la prota echa un polvo con su amado y eso se obvia, sólo sale sexo cuando se trata de una medio violación o para mostrarnos cómo la prota, atada y encadenada recibe una manta de latigazos de manos de Christina Lindberg (con una ropa bastante sugerente). Esto de las torturas se ve mejor en la serie de Female Prisoner Scorpion, con la gran Meiko Kaji, a la que en prisión no le ahorrarán ninguna vejación, como echarle por encima sopa de miso hirviendo.
Y lo que más nos choca como occidentales de estas pelis es que estamos acostumbrados a que las pelis eróticas sean muy malas, con unos argumentos que son meras excusas entre escenas de desnudos y sexo
fingido. En Sex & Fury el argumento es mucho más interesante: Ocho (Reiko Ike) es una ladrona y jugadora que también se maneja bien con la katana y que quiere vengar la muerte de su padre, un detective que descubrió una trama de corrupción en la que estaba implicada gente muy importante. Todo esto en la era Meiji, concretamente a principios del siglo XX, como en Lady Snowblood. La verdad que viendo estas pelis uno no puede dejar de pensar que subyace en ellas cierta ideología "feminista". Y es que los hombres son casi siempre repugnantes, desalmados que disfrutan abusando de las mujeres y los carácteres masculinos positivos, los buenos, suelen ser idealistas y bastante ineptos para matar o conseguir lo que quieren, en contraposición a las mujeres, que son duras y bastante efectivas a la hora de matar.
El aluvión de sensaciones contradictorias que produce esta peli es muy difícil de explicar, lo mismo te parece estar viendo una peli pervertida y marrana, un producto delirante para reirte o una obra maestra, con un uso de los encuadres y de la fotografía bastante creativo.
Entre los momentos que no se olvidan de la peli: cuando Ocho quiere acabar con un maloso y le salen al paso un montón de ¡monjas! armadas con navajas que consiguen reducirla para después contemplar cómo la flagelan en lo que parece el interior de un convento o la forma tan original de acabar con uno de los malos (es mejor que lo veaís y juzgueís por vosotros mismos).
Ni que decir tiene que ésta es una de las numerosas pelis a las que rindió homenaje Tarantino en Kill Bill. Curiosamente, otra fue They call her one eye (una peli sueca que ya comentaré si tengo tiempo), donde salía la coprotagonista de este filme, Christina Lindberg.
4 comentarios:
me gusta el post y estas pelis también. me hacen pasar unos ratos divertidísimos porque es como tu dices unas pelis bien montadas donde lo mismo se dan de ostias que intentan violarte. de adolescente ponian en la tele de mi barrio muchas pelis de este tipo pero americanas. con argumentos muy parecidos entre ellos. tias violadas que se ponen a dar tiros y eso.
¿Onde sacas estas peliculas? mejor dicho, de donde las saca no...intuyo su origen arriero; ¿de dónde sacas los títulos?
El imdb es tu amigo
Tienes razón en lo de los personajes femeninos. Nada que ver con lo que se sirve hoy día, vamos que le vienen a la Reiko esta con lo del chicos/as, niños/as y te da un glope de catana que te arregla el género en un pis pas.
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