
Una de las mayores virtudes de Macario es su fotografía: Gabriel Figueroa era un gran fotógrafo, como demostró trabajando a las órdenes de Emilio "Indio" Fernández. Gracias a su labor, la factura del film es más que digna. En cuanto a los actores, están maravillosos y el hecho de que no sean conocidos (ya digo, por lo menos aquí) hace que te los creas completamente. Mención especial merece el protagonista, Ignacio López Tarso, que borda su papel de campesino brutote pero de buen corazón.
Por otro lado, la articulación del guión (jo, voy a tener que dejar de leer el "Dirigido por") es magnífica, no voy a reventarle el final a nadie, pero tiene un giro genial y que te hace quedarte pensando "WTF". Pues eso, resulta que Macario (el de la peli, no el muñeco de José Luis Moreno) es un campesino con más hijos que un morgaño (extremeño y andaluz: una arañilla) y que casi nunca come porque lo poco que llega a la mesa lo comparte con ellos y su mujer. Así que un día pide el deseo de comerse un guajolote (mexicano: un pavo) para él solo, sin compartir con nadie. Su mujer le roba el pavo y se lo da para que se lo coma él solo. Y aquí empieza lo bueno, si hasta ahora la peli es realista da un gran cambio y hace acto de aparición lo sobrenatural. Al hambriento campesino se le aparecen Dios y el Diablo para ponerlo a prueba y que comparta el ave con ellos, a lo que Macario se niega. Hasta que aparece la muerte y a ella (bueno, mejor dicho a él, es que los mexicanos creen como los ingleses que la muerte es un ente masculino? Pregunto.). Así que la /el muerte en agradecimiento le da algo a cambio... un agua milagrosa que puede devolverle la vida a los moribundos... Y no cuento nada más, lo único es que a partir de ahí la historia continúa de una forma muy inteligente e ingeniosa.
Pues lo dicho, que si le dedican un rato a verla no creo que se arrepientan.

Por otro lado, la articulación del guión (jo, voy a tener que dejar de leer el "Dirigido por") es magnífica, no voy a reventarle el final a nadie, pero tiene un giro genial y que te hace quedarte pensando "WTF". Pues eso, resulta que Macario (el de la peli, no el muñeco de José Luis Moreno) es un campesino con más hijos que un morgaño (extremeño y andaluz: una arañilla) y que casi nunca come porque lo poco que llega a la mesa lo comparte con ellos y su mujer. Así que un día pide el deseo de comerse un guajolote (mexicano: un pavo) para él solo, sin compartir con nadie. Su mujer le roba el pavo y se lo da para que se lo coma él solo. Y aquí empieza lo bueno, si hasta ahora la peli es realista da un gran cambio y hace acto de aparición lo sobrenatural. Al hambriento campesino se le aparecen Dios y el Diablo para ponerlo a prueba y que comparta el ave con ellos, a lo que Macario se niega. Hasta que aparece la muerte y a ella (bueno, mejor dicho a él, es que los mexicanos creen como los ingleses que la muerte es un ente masculino? Pregunto.). Así que la /el muerte en agradecimiento le da algo a cambio... un agua milagrosa que puede devolverle la vida a los moribundos... Y no cuento nada más, lo único es que a partir de ahí la historia continúa de una forma muy inteligente e ingeniosa.
Pues lo dicho, que si le dedican un rato a verla no creo que se arrepientan.
3 comentarios:
Hola!
Un blog muy interesante, me ha gustado mucho la entrada sobre el giallo. Espero que sigas escribiendo. Aquí te dejo el mío por si quieres echarle un ojo:
http://espitolas.blogspot.com/
Saludos!
Muchas gracias, Álvaro, acabo de mirar tu blog y también está muy interesante.
Cool!
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