9/03/2008

La hora fría (2006)


A pesar de que el cine español (actual) me da repelús nada más pensar en él, me aventuré hace poco a visionar La hora fría de Elio Quiroga. Como había leído que iba de zombies, de un grupo de gente confinada en un búnker como últimos supervivientes de una catástrofe mundial, decidí darle una oportunidad. De Quiroga ví hace mucho tiempo Fotos y, no me gustó demasiado, pero al menos le reconocí la valentía de arriesgarse a llevar a la pantalla una historia tan extraña.
Pues me equivoqué, totalmente, vamos. La hora fría me dejó frío. Es la misma historia de siempre en el cine español: niños insufribles que te caen antipáticos nada más aparecer, actores que no vocalizan y no se les entiende muchas veces (y cuando se les entiende es peor) y diálogos de portería, que hacen que desde el primer momento no te creas nada.
En fin, me dije, al fin al cabo REC supo sacarle partido a ese costumbrismo característico del cine español, situando una historia de zombies en una comunidad de vecinos como la de cualquiera. Pero resulta que aquí no queda bien, Silke parece una jipija a la que no le falta nada más que el diavolo, el perro y el kiosco de artesanía, el malo desde el principio sabemos que va a ser el malo porque parece un cani puesto hasta las cejas de anabolizantes, el novio de Silke parece un profesor enrrollado de la ESO (por lo menos tienen la decencia de matarlo el primero y evitarnos el sufrimiento de soportarlo un minuto más), también hay una pareja de homosexuales, que queda políticamente correcto y suma y sigue...
Para colmo, los zombies no aparecen en pantalla casi nada y además no son propiamente zombies, sino masas sanguinolentas que se acercan a los humanos, pero no para morderlos ni para comérselos, sólo para tocarles y contagiarlos así, sin más, los muy cabrones (o a lo mejor para pedirles un euro, nunca se sabe). También hay unos bichos que no se sabe por qué hacen bajar la temperatura y quieren matar a los humanos, aunque en la peli sólo los vemos matar gallinas (sic). Tampoco se sabe por qué son tan cabritos. Bueno, y todo ello con los tópicos más tópicos del cine de género, a ver que el cine de género está claro que sigue unas pautas preestablecidas, pero es como una receta, porque conozcas los ingredientes no quiere decir que luego la comida te vaya a salir buena, que todo tiene su arte, coñe.
Además todo ello servido sin el menor sentido del suspense y sin que uno sienta la menor empatía por los personajes. Así que va a pasar mucho tiempo antes de que vuelva a cometer la imprudencia de acercarme a una peli española actual. Por cierto, para aquellos que dicen que debemos ver cine español para "apoyarlo", les digo que mejor sería que estos personajos fueran casa por casa como los niños del Domund y así nos ahorren tener que ver estos pestiños. "La multa o la bronca", como se dice popularmente. Además, a esos lumbreras que sostienen ese brillante argumento, les diría que por la misma lógica entonces mejor sería que viesemos cine de países como Sri Lanka o el Sudán, que más falta les hará el apoyo, que la industria cinematográfica española ya va bien apañá (como decimos en Córdoba) con las subvenciones que le concede el gobierno.

3 comentarios:

Möbius el Crononauta dijo...

¿Silke no fue una jipija siempre?

La filmografía de Saura sí que da miedo, y no los zombies esos

Saludos

Tío Marvin dijo...

Hombre, la filmografía de Saura ya es para no pegar ojo. Y tiene usted razón, la Silke siempre ha sido jipija, pero imagínesela como líder de un grupo de supervivientes, cómo que no.

Andres Pons dijo...

jajajajajaja, está claro que no te gusto.