5/13/2007

Cuentos de terror: "Soy leyenda", de Richard Matheson


Falta ya poco para que se estrene una nueva adaptación al cine de este relato con el insufrible Will Smith, así que antes de que salte de nuevo a la pantalla grande, me he propuesto recuperar uno de los mejores cuentos, o por qué no, el mejor cuento de terror del siglo XX.
Hablando de adaptaciones cinematográficas, Soy leyenda se ha llevado al cine en varias ocasiones: la primera de ellas tal vez sea la mejor, una coproducción italoestadounidense digirida por el desconocido Ubaldo Ragona y protagonizada por el gran Vincent Price. La adaptación es muy fiel y estaríamos hablando de un clásico si no fuera por el pequeño detalle de que le cambiaron el final. Aún así es una peli muy recomendable.
En 1971 también se hizo otra peli inspirada muy libremente en el relato, El último hombre...vivo, protagonizada por Charlton Heston, que en aquella época no paraba de salir en filmes apocalípticos también inolvidables, como Soylent Green o las dos primeras entregas del planeta de los simios.
Por otro lado, es inevitable dejar de relacionar esta obra literaria con La noche de los muertos vivientes (1968, George A. Romero).
Y es que el escritor Richard Matheson siempre ha estado relacionado con el cine. Dos datos: él adaptó el guión de El increíble hombre menguante (1957), basada en una historia suya y también fue el guionista de El diablo sobre ruedas, de 1971. Estos serían sus dos trabajos más importantes, pero también estuvo detrás de las adaptaciones que realizó el prolífico Roger Corman en los 60 sobre relatos de Edgar Allan Poe (en los que siempre aparecía Vincent Price y sí, eran esas películas de miedo que echaban los domingos por la tarde en la segunda cadena) y escribió también una de las muchas joyas de la productora cinematográfica Hammer: La novia del diablo (1968).
Después de esta introducción demasiado larga, vayamos al grano: si bien es verdad que uno de los mecanismos más efectivos para producir el terror es la introducción de uno o varios elementos extraños en lo cotidiano, aquí Matheson opera al revés. Neville es el único humano en un mundo donde sólo existen vampiros y a lo largo de la historia el autor nos cuenta cómo es su día a día, su soledad, su desesperación y es muy realista a la hora de contarnos todos los pequeños detalles que te hacen introducirte en la historia y hacerla "creíble".
Al contrario que el Heston de The Omega man, Neville es un hombre normal, que por la noche se atrinchera en su casa, escuchando viejos discos, leyendo y en muchas ocasiones bebiendo más de la cuenta, mientras que sus puertas y ventanas no dejan de ser aporreadas por unas criaturas mezcla de vampiros y zombies que no paran de increparle para que salga a la calle.
La historia tiene algunos pasajes acojonantes de verdad y que, es una lástima, nunca han sido llevadas al cine (aunque algunas escenas de la reciente Amanecer de los muertos me las recuerdan), como cuando el protagonista va a visitar la tumba de su mujer y sumido en sus pensamientos no se da cuenta de que se está haciendo de noche y tiene que hacer una fuga trepidante montado en su furgoneta mientras que las criaturas lo persiguen.
Aunque, como he dicho antes, lo importante son los detalles y aquí hay multitud de ellos. Desde la parte cuando Neville encuentra un perro y como debe ganarse su confianza poco a poco para que se acerque y conseguir por fin algo de compañía, hasta el "pique" que se trae con su antiguo amigo y vecino, ahora el vampiro más pesado y el que más grita todas las noches y al que Neville nunca encuentra durante sus incursiones diurnas en las que sale a buscar y eliminar a todas las criaturas que se encuentra (que duermen durante el día porque no aguantan la luz solar).
En definitiva, una obra maestra por mucho que las adaptaciones al cine aún no le hayan hecho justicia (y aunque espero lo contrario, no creo que la última lo haga).

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