Hola de nuevo, el trabajo no me ha dejado tiempo esta semana para realizar ninguna entrada nueva, intentaré compensarlo este fin de semana.
Pues bien, con esta nueva etiqueta me propongo comentar algunas pelis que si bien no son completamente desconocidas, tampoco han tenido mucha repercusión (al menos bajo mi punto de vista) y son pequeñas joyas del séptimo arte a las que merece la pena acercarse.
Empezamos con La última ola, una cinta de cuando el australiano Peter Weir era aún muy interesante, antes de triunfar en Estados Unidos con títulos como El club de los poetas muertos, Matrimonio de conveniencia o El show de Truman.
En la década de los 70 el australiano dirigió lo que para mí son dos obras maestras del cine de ¿terror?, la que nos ocupa aquí y la también muy destacable Picnic en Hanging Rock (1975). Ambas tienen en común el "extrañamiento" de los occidentales al entrar en contacto con la cultura aborigen australiana.
Paso a resumir el argumento (de memoria) de la peli que nos ocupa: el televisivo Richard Chamberlain es un abogado defensor al que le toca el caso de un asesinato entre aborígenes . Al conocer a su defendido y a su familia comienza a sospechar que ocultan algo y que el crimen se debió a motivos religiosos. Además tiene extraños sueños donde se le aparece su defendido y una serie de visiones apocalípticas. Un viejo nativo le visita y le sugiere que él tiene el don de profetizar el futuro. Ésa sería a grandes rasgos la trama, que se va haciendo cada vez más inquietante hasta llegar a un desenlace abierto y ambiguo (me gustan este tipo de finales).
En definitiva, una muy buena película que me recuerda a algunos cuentos de Borges e incluso de Lovecraft, ya que el eje de la historia es que los mitos y leyendas de los nativos australianos puedan ser más "reales" que nuestra realidad occidental tal como la conocemos.
No me extrañaría nada que con el boom de remakes actual se realizara una nueva versión, la verdad es que la historia merece la pena, además en el film se nota una cierta escasez de presupuesto. Claro que Hollywood no es nada sugerente y le gusta más mostrar, así que muy difícil lo tendrían los estudios para recrear la atmósfera inquietante de esta peli.
Pues bien, con esta nueva etiqueta me propongo comentar algunas pelis que si bien no son completamente desconocidas, tampoco han tenido mucha repercusión (al menos bajo mi punto de vista) y son pequeñas joyas del séptimo arte a las que merece la pena acercarse.
Empezamos con La última ola, una cinta de cuando el australiano Peter Weir era aún muy interesante, antes de triunfar en Estados Unidos con títulos como El club de los poetas muertos, Matrimonio de conveniencia o El show de Truman.
En la década de los 70 el australiano dirigió lo que para mí son dos obras maestras del cine de ¿terror?, la que nos ocupa aquí y la también muy destacable Picnic en Hanging Rock (1975). Ambas tienen en común el "extrañamiento" de los occidentales al entrar en contacto con la cultura aborigen australiana.
Paso a resumir el argumento (de memoria) de la peli que nos ocupa: el televisivo Richard Chamberlain es un abogado defensor al que le toca el caso de un asesinato entre aborígenes . Al conocer a su defendido y a su familia comienza a sospechar que ocultan algo y que el crimen se debió a motivos religiosos. Además tiene extraños sueños donde se le aparece su defendido y una serie de visiones apocalípticas. Un viejo nativo le visita y le sugiere que él tiene el don de profetizar el futuro. Ésa sería a grandes rasgos la trama, que se va haciendo cada vez más inquietante hasta llegar a un desenlace abierto y ambiguo (me gustan este tipo de finales).
En definitiva, una muy buena película que me recuerda a algunos cuentos de Borges e incluso de Lovecraft, ya que el eje de la historia es que los mitos y leyendas de los nativos australianos puedan ser más "reales" que nuestra realidad occidental tal como la conocemos.
No me extrañaría nada que con el boom de remakes actual se realizara una nueva versión, la verdad es que la historia merece la pena, además en el film se nota una cierta escasez de presupuesto. Claro que Hollywood no es nada sugerente y le gusta más mostrar, así que muy difícil lo tendrían los estudios para recrear la atmósfera inquietante de esta peli.
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